Blog spot, blow up: La Plata. Paisaje urbano y graffittis

La Plata y el Peregrino

Pero la ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas.
Italo Calvino

Peregrino a la ciudad de la que nunca me he ido. Vuelvo a diario y la miro como a un sitio sagrado. Me escurro por sus calles paralelas y sus diagonales económicas. Imagino la mano que la dibujó, la que la trazó en una llanura aluvional y las que dispusieron palacios y casas italianas partidas al medio, ladrillo a ladrillo, moldura a moldura. Veo lo que de ellas sobrevive. Paredes añosas derrumbadas que acunan graffitis por tiempos cortos..
Peregrino a la ciudad de la que nunca me he ido. Retorno a su paisaje efímero y mutante con la fascinación de una aventura inacabada. A sus afiches rasgados, sus pintadas transgresoras, el incesante desfile de peatones. Repaso las rejas que fueron (bordeaban Palacios y monumentos) y las que son (cercan, además, moradas y plazas, estatuas y fuentes de agua).
Peregrino a La Plata, damero y laberinto. Tablero para jugar y enigma para extraviarse.
Peregrino a la ciudad de la que nunca me he ido. La que imagino sin haber visto jamás acaso sueño o insomnio según se explore. La que inevitablemente veo (efímera y transitoria) y la invisible, esquiva a la mirada (tal vez eterna o inconclusa). Acaso la que, anclada en mi infancia, hace cierta la premonición de Calvino.

Cada hombre lleva en su mente una ciudad hecha sólo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin forma, y las ciudades particulares la rellenan.

Instantes Urbanos

Consideraciones efímeras de una ciudad mutante

La fotografía fija la ciudad. La inmoviliza y la recorta. Inmortaliza (es un mero decir) una condición efímera y mutante. Habla de un sitio en un momento. Habla a partir de un fragmento recortado. A veces infinitesimal. He aquí, entonces fragmentos de la ciudad. Trozos de tiempo. Nada persigo con ellos. Son formas de ver, miradas que expongo al escrutinio virtual. Batallas estériles contra la fugacidad perpetua e insondable. Las acopio y las cambio, o agrego nuevas. Tal vez con el afán de reconocer nuestra propia condición esquiva, mutante y fugaz. Esta esquina, este árbol este color, este graffiti, esta bolsa de basuras que pendula, este cartel, me ponen en evidencia. He sido, me dicen ¿Fuiste? Me interrogan. Lo ignoro. Me limito a consignar donde, una vez apreté el obturador. ¿Serán disparates o disparadores? ¿Enuncian u obturan? Pregunto.